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Macarena Churruca: “El magíster me abrió un camino teórico-práctico inimaginable”


Con distinción máxima en la defensa de su tesis, la psicóloga Macarena Churruca, obtuvo su grado de Magister en Ciencias Biológicas Mención Neurociencias. Su investigación, que exploró las características conductuales de un particular modelo experimental -modificado genéticamente- permitió modelar síntomas del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), fue dirigida por el doctor Pablo Moya.  

Macarena Churruca, quien también posee un postítulo en Psicología clínica reconoció que la práctica clínica en lo referente a la salud mental le hizo comprender la necesidad de integrar las bases neurobiológicas a las teorías psicológicas para pensar estas patologías y así poder hacer un diagnóstico y tratamiento más certero.

“El magíster me abrió un camino teórico-práctico inimaginable. Un trastorno de la salud mental suele ser efecto de varios factores, es complejo, y tanto la Neurociencia como la Psicología clínica aportan distintas formas complementarias de entender el funcionamiento de la mente. La psicología clínica se pregunta cómo la mente (vida psíquica) deja huella en el cuerpo expresada a través de síntomas, y la neurociencia se pregunta cómo emerge la mente a partir del cerebro (sustratos neurales). Entonces, después del magíster para mí los síntomas psicológicos adquirieron una doble lectura desde una dimensión simbólica y una neurobiológica”, señaló.

Respecto a su investigación titulada “Evaluación de comportamientos repetitivos relevantes para el TOC en pruebas de condicionamiento operante y de conductas espontáneas en el modelo EAAT3glo/CMKII”, modelo que fue generado por el Laboratorio de Neurogenética del doctor Moya, explicó que las pruebas experimentales principalmente evaluaron un tipo de aprendizaje procedural que no se había observado antes y está relacionado con la formación de hábitos.

“Esto último está alterado en los pacientes con TOC. Por esto, esa prueba era fundamental y se esperaba que los modelos EAAT3glo/CMKII presentaran conductas repetitivas. En la primera parte del experimento, los modelos debían aprender un comportamiento reforzado por una recompensa y luego extinguirlo, porque se esperaba que manifestaran un déficit de la extinción de la conducta, es decir, mantener un comportamiento pese a no recibir ninguna recompensa. Los modelos EAAT3glo/CaMKII aprenden la conducta, pero no la extinguen, continúan repetitivamente. Si el comportamiento observado se extrapola a humanos, el proceso de aprendizaje observado, se denomina formación de hábitos y que no extingan la cualidad de ‘aberrante’ presente en la sintomatología del TOC. Por lo tanto del experimento obtuvimos robustecer aún más el modelo animal y los resultados son relevantes para la patología”, aclaró.

En relación a sus próximos desafíos Macarena Churruca afirmó que su principal inquietud se orienta a la investigación, por consiguiente “quiero permanecer en el área y no descarto la posibilidad más adelante en realizar un doctorado que me permita continuar integrando ambas disciplinas, tanto la neurociencia como la psicología. Sumado a lo anterior, la docencia en el área sería un complemento ideal, ya que la transferencia del conocimiento es fundamental para las nuevas generaciones”.

Finalmente, dijo: “Quiero agradecer a mis profesores, quienes me guiaron durante este proceso y a mis compañeras y compañeros, quienes me apoyaron continuamente”.

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